Llíria es una ciudad donde la música está presente; en cada plaza o rincón encontramos algo de este idioma universal que nos une.
Desde hace miles de años el hombre encontró aquí un lugar para vivir, agua, buena tierra y elevaciones de terreno desde donde dominar el horizonte y defenderse. Desde los restos iberos, la gran huella romana, las ruinas del castillo y el barrio medieval hasta nuestros días, nos reflejan que Líria está ahí por ser un enclave de convivencia religiosa y política muy importante.
Es de destacar el conjunto monumental de la plaza del Ayuntamiento.
El mausoleo Romano es de gran interés.
Una de las entadas al barrio medieval.
El horno.
Callejuelas estrechas como ésta hay muchas en este barrio.
Templo de la iglesia de la Sangre.
Cuevas en el barrio medieval.
En el museo se pueden comtemplar los restos del pasado de los lirianos o edetanos.
Desde el barrio medieval se ve la ermita de San Miguel Arcángel.
Conjunto monumental en lo alto del barrio.
Referencias a vírgenes, santos y a la música en cada rincón de esta bella localidad.
Yacimiento ibero de Edeta
Vistas de Llíria desde el monasterio.
Liria y los restos del castillo en la colina.
La cruz de Llíria y antenas de telefonía.
El monasterio de San Miguel.
Teatro de la Unión Musical.
Fruto de la rivalidad es esta lámpara millonaria surgida en épocas de apretarse el cinturón.
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El olivo, el garrofero, la higuera y la palmera tan típicos de esta zona climática mediterránea
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