miércoles, 31 de marzo de 2021

LAS COVACHUELAS Y POZO CALZONES, CASAS DE VES.

Desde Casas de Ves, a la altura de la puerta de Requena, sale una ruta que va directa al Pozo Calzones. Si seguimos el camino de  forma circular dejando el obstáculo a la izquierda, llegamos a las Covachuelas, junto a las que  se ha colocado un gran letrero donde se puede leer CASAS DE VES  anunciando  a los que llegan por la carretera de Alborea que han llegado al destino, al estilo de Hollywood.



Área de recreo del Pozo Calzones. Si continuamos hacia la izquierda iríamos a la Cueva del Cura.

El Pozo Calzones se utilizó en los años 60 para abastecer de agua  a la localidad de Casas de Ves. Aquí venían con las caballerías y los recipientes de la época como los cántaros y garrafas, para  beber, hacer la comida y calmar la sed de los animales.
El nombre del lugar se debe a que un hombre se cayó al pozo y cuando lo sacaron llevaba puestos unos calzones de los que antaño se usaban como ropa interior.



Fuente del Pozo Calzones.




En estas hoquedades, antiguamente se cultivaba champiñón.










En dirección contraria iríamos a la Pasadilla.

Siguiendo el camino cuesta arriba llegamos a  la localidad de Casas de Ves, que tiene a la entrada el rollo de jurisdicción o la cruz de San Antonio, junto a la ermita del mismo nombre.






Ermita de San Antonio.

Plaza principal del Ayuntamiento de la localidad.

Iglesia de Casas de Ves.





jueves, 25 de marzo de 2021

EL TACÓN DEL MORO Y SU LEYENDA.

LA LEYENDA DEL TACÓN DEL MORO Y LA CUEVA DE LA MORA.

En las inmediaciones del manantial de  la Fuente de las Dos Hermanas vivía una madre con dos hijas y un apuesto y fornido hijo, quien un  día, cuando fue a por leña al Cerro de San Jorge pasó por la Cueva de  la Mora y allí se tropezó  con la joven Yasmine, de origen árabe, que estaba peinando su largo pelo con un peine de plata en la puerta de su cueva. Al contemplar su belleza, el amor les entró por los ojos a los dos, envueltos entre el tomillo y el romero y se fundieron en un largo beso  que desembocó pronto en una gran boda. Enfrente, no muy lejos de allí, en una construcción de piedra y palos enclavada en lo alto del Cerro de la Cabeza del Judío, vivía un gigante árabe. El muchacho estaba enamorado de la bella Yasmine a la  que controlaba desde su posición. Al observar la escena de amor y sus consecuencias, se llenó de celos y se enfadó tanto que se subió a la cima del Cerro de San Jorge y pegó un gran taconazo que rebajó un centímetro la dura roca sobre la que descargó su enorme pie, dejando marcado el tacón de su bota allí para toda la vida.

Así quedó plasmada su furia en el Tacón del Moro, junto al que hay grabado un corazón ardiente de amor. Los recién casados fueron a vivir  a la cabaña de la Fuente de las Dos Hermanas de Casas Ibáñez  y tuvieron muchos  hijos. ¿Quién sabe si alguno de nosotros estamos emparentados con aquella descendencia?

De camino al Cerro San Jorge.

Cima del cerro donde está el punto geodésico de los 768 metros de altitud sobre el nivel del mar y la estación  meteorológica junto a las antenas de radio,  televisión y telefonía. Junto a este edificio se pueden observar los restos de los cimientos de la ermita de San Jorge que hubo ofreciendo el servicio religioso de la zona en el siglo XVII.

Tacón hundido en la roca por el zapato gigante del joven árabe junto al grabado de un corazón  ardiente de amor.




Cueva de la bella árabe Yasmine.

En este lugar vivían la madre y las hermanas del enamorado.