En esta ocasión hemos realizado un recorrido breve por los lugares que rodean el Embalse del Molinar, que abasteció a una de las centrales hidroeléctricas más importantes de principios de siglo XX, La Central del Molinar, llamada así porque en origen se trataba de un molino para moler trigo, que aprovechaba la fuerza de estas aguas del Júcar para mover sus piedras de molienda. En otra ocasión visitaremos la central.
Embalse del Molinar.
Vista del Santuario del Cristo de la Vida desde el llano manchego.
Antigua localidad de Villa de Ves, hoy Barrio del Santuario, que, al quedar sus huertas anegadas por el embalse, a sus moradores se les facilitó el traslado al Villar de Ves e ncluso ofrecimientos de trabajo en las infraestructuras de la compañía de electricidad.
El templo del siglo XIII en su parte trasera.
Como en su fecha era un lugar de dominación árabe con castillo incluido, se construyeron murallas para impedir el acceso y protegerse.
Restos del castillo donde se observan torres y almenas en estado de deterioro. Hay quien afirma que las piedras que le faltan al castillo, posiblemente estén en las paredes de la iglesia construida frente al mismo.
Entrada al túnel en forma de "ese" que da acceso a la presa cruzando el río.
Carretera de acceso sobre el muro de contención de las aguas del embalse.
Salida de agua del Embalse del Molinar, el canal hacia la Central de Cofrentes discurre bajo tierra.
Un cocodrilo anda suelto. Han pasado varios artistas por aquí, Lo veremos a continuación.
Cañón del rio Júcar hacia la central. Terreno calizo desgastado por las aguas turbulentas que lo visitan frecuentemente, dado que es un río de régimen irregular.
En lo alto del farallón calizo se puede observar a modo de pareidolia, el rostro de un obispo con su mitra y todo.
Llegando al poblado, en el que vivían los trabajadores de la central, se observa al fondo la casa abuhardillada del ingeniero y otras instalaciones.
En uno de estos depósitos hay lugar para el arte, y vemos una cornamenta pintada sobre el cemento.
La ermita del poblado de colonización y otras instalaciones de edificios administrativos.
Lo que queda del altar mayor. El suelo es de ladrillo fabricado con prensa hidráulica, muy demandado actualmente en comercios gastronómicos y de moda en confección.
La fachada de la ermíta con su pórtico.
Estancias que se aprovecharon recientemente para campamentos de verano.
Detalle de los revoltones con cañizo y ventano circular.
Restos artísticos de otras comunidades que aprovecharon estas construcciones abandonadas para convivir.
Detalle de cenefas al estilo hippie.
La casa del ingeniero y otras edificaciones.
La última riada del año 1982 arrastró lodos y troncos llevándose los canales de distribución del agua y caminos de acceso a la central aunque por estas fechas ya estaba en desuso.
Entrada del segundo canal que se construyó bajo tierra para evitar su destrucción por las riadas.
Puente colgante que daba acceso al polvorín, siempre vigilado por un centinela.
Los restos del puente volado al estilo Indiana Jones.
El arte, siempre presente por estos recónditos lugares.
Cueva restaurada y conservada al efecto para que las generaciones actuales y venideras vean e imaginen cómo se vivía antiguamente.
Ventanas con cristales para permitir la luz y resguardarse del frío.
El templo iluminado, siempre vigilante.
La noche cae y la neblina se apodera del ambiente.
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