domingo, 9 de mayo de 2021

Fuentealbilla. Lavadero y vía ferroviaria Baeza-Utiel.


Fuentealbilla tiene su nivel freático a flor de piel. Aguas subterráneas y ramblas que hacen a esta tierra rica. Es un lugar privilegiado, de ello se dieron cuenta las civilizaciones que la han visitado y han hecho de ella su morada. Sus salinas romanas entre otras,  son prueba de ello. Su orografía entre el llano y la montaña la hacen singular  por su belleza. Ya hemos hablado otras veces de esto en este soporte digital. Ahora nos centramos en el ala este,  con su lavadero y la ruta verde de la vía Baeza-Utiel.



Bajando de la Calle Alta nos dirigimos al lavadero municipal.

En los años 60 se abordaron importantes proyectos de alcantarillado y suministro aguas potables.

FUENTE DEL CHORRO MENCHORRO.





Al fondo, el lavadero, justo en medio de la rambla.

Depósito del agua elevado para dar presión a los grifos de la localidad según el Principio de Arquímedes.

A lo largo del recorrido de esta rambla nos encontramos con muchas casetas de este tipo.  Se trata  nadas más y nada menos que de pozos de agua potable. 

Abrevadero para el ganado.

La rambla.

Interior del lavadero de ropa.



Esta edificación de piedra a modo de torre, es lo que queda de un antiguo molino de agua para moler grano, de época visigótica.



La rambla va a parar a Fuentealbilla y la atraviesa por la parte baja.

Al fondo, los cerros de Fuentealbilla junto a los que se encuentra el Galayo que hemos visitado alguna vez.

Panorámica de Fuentealbilla desde el lavadero.

Roca con formas caprichosas de caliza. 

Balsa de acumulación de agua.


Otra prueba de los proyectos de alcantarillado llevados a cabo a mediados de los años 60.



Junto al cementerio nos encontramos con un puente de los que se construyeron para que pasara el tren Baeza-Utiel. Pero fue un proyecto que no se finalizó.

Otro barranco cuyas aguas van a parar a Fuentealbilla  cuando hay aguas torrrenciales.


Campo de trigo de panificación.


Por este lecho deberían asentarse las vías del tren.


Explosión de colores en esta orilla del camino.


Estación de Fuentealbilla, apeadero.

Olivos, cebada, almendros... para obtener productos de la dieta mediterránea.

Amapolas y margaritas sobresalen entre las hierba y las espiguillas.

Formaciones calcáreas  en e terreno, prueba de que el agua ha estado presente siglos atrás.


Continuamos la supuesta vía del tren, hacia la localidad vecina de Casas Ibáñez.

Los conejos hacen sus madrigueras en esas paredes de tierra.

Bifurcaciones y pasos a nivel sin barreras.



Otro de los puentes que cruzan la vía.

En este punto nos topamos con un puente de la variante de la carrretera  nacional 322.

Los cultivos en perfecto estado  debido a la bondad de este año lluvioso.



Infraestructuras para dejar camino al paso natural del agua de lluvia.

Pasajeros al tren...


Restos de la industria yesera de Fuentealbilla, floreciente en otros tiempos  no tan lejanos.



ANTES DE MARCHARNOS, NO PODEMOS DEJAR DE VISITAR LA ERMITA DEL CRISTO DEL VALLE, TAN VENERADO POR LOS FUENTEALBILLENSES.



1 comentario:

  1. Me gustan las fotografías que haces y la información que incluyes en cada una de ellas. Este blog es interesante y entretenido.

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